domingo, 19 de julio de 2020

JC




Impávidas, imprudentes manos
me atan
Impúdicas, incoherentes líneas
me arrastran

a un cielo
de tiza y tormenta
de borra de café y ventanas abiertas

(mentiras de saxofón:
Charlie sopla ‘veni, vidi, vici’)

No es un lamento esto, no
¡qué le voy a hacer!,
en esta cercanía de años
puedo llamarte
amigo,

en el cielo de tiza
¡como tantas veces!

en tus eternos caminos
que son también míos,

en aquellos oscuros baldíos
oscuros, nos encontramos

juntando hojas
(oh, ¡Toño!)

acariciándolas,
cobijándolas
(terciofiles y marpelos),
caminando
persiguiendo
vaya a saber qué,
persiguiendo
conversando.

En la soledad de la noche,
la antena vieja y polvorienta,
saboreando el perfume
y una bufanda verde
estrellándose
en el cordón de la vereda.