jueves, 15 de septiembre de 2022

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Somos granitos de arena

vistiendo la playa

recordamos el mar

el fondo del mar;

 

algunos vinieron del río,

de otras profundidades

igual de magníficas y terribles,

mágicas y misteriosas

 

tal vez ninguno regrese a casa

quizá casa no sea más

 

tal vez el mar no sea 

el mismo, de la misma forma

que aquel río, que no era

ni es dos veces

 

de vuelta esa noción:

somos granitos de arena

el tiempo que se va escurriendo

de los dedos de un niño 

 

Quizá casa no sea más

quizá sea el hogar lo que fluya

como los ríos,

quizá nos espere como el mar

 

o tal vez vaya con nosotrxs

dentro del granito

en cada partícula de ternura

que atesoramos

 

en cada gota de Amor

que nos bañó, 

allá ité, en el Fondo

de los Tiempos

 


 

 

 

martes, 6 de septiembre de 2022

Ripeness is all

 

El agua se filtra en la piedra y el árbol siempre vigila al retoño. Un gato negro viene a buscarme, su napia milenaria siempre olfatea los problemas. Después uno no se explica los estornudos, la rinitis alérgica, el edema de glotis si una argentum. Se pegan los dedos y no es chocolate, tampoco está imantado. Byon-Chul-Han, el coreano de al lado dice que puede ser sangre. Qué pesadela, diría el Diego, después de otra sobredosis de guaraná, o de chamamé, o de Realidad, después de todo, uno puede emborracharse con cualquier cosa y en cualquier momento derramar una lágrima de flâneur. Ah, ¡el paraíso del ciego no era más que el Pasado, el plateado pasado de los Elfos!, ¡El sueño sin fin de la infancia o la eugenesia, las diversas nociones de pueblo y de patria!

 

Han gatillado dos veces contra la vicepresidenta, es el fin de nuestra inocencia. Dicen que fue un lobo solitario o una célula de boludos antisistema. Tan similar a los relatos del norte, tan similar que asusta. Parece una de Stefan Zweig, donde los vendedores de odio aglutinan desde el miedo y forman identidad desde el sometimiento de un Otrx sobre el que cargan negatividades —en el sentido de sombras jungeanas.

 

¿Qué más pedirle a Cristina cuando es el núcleo narrativo de toda la época, el agente de agenciamiento de tantos seres y tantas cosas hirvientes que nos hacen lo que somos? 

 

Han gatillado dos veces contra la vicepresidenta, han vencido los vendedores de odio, los que no comprenden o no quieren comprender que la política es la relación básica que entablan los seres humanos. Han vencido los que no comprenden de qué materia está hecha la Patria porque tampoco comprendieron a San Martín, porque no entendieron ni entienden ni quieren entender de qué materia se compone un Pueblo sino desarticularlo, buscan desarmar un pueblo de negros, originarios y pobres que ahora está como los perros en la calle, porque es cierto que con ella no se jode, porque se hizo Pueblo y por ella vamos, para abrazarla como abraza uno a sus compañeros.

 

Lo que hubiera sido es ciencia ficción, una canción de una banda de La Plata, calor y pis en un par de árboles, distopías, ucronías sucias para más adelante, si cabe, en las que sí habrá incendios del roble de Eslavonia y nos comeremos en un puchero a los hijos de aquellos que todos conocemos y que nunca o casi nunca tienen Nombre, los vendedores de odio, los dueños de las balas.

 

En este momento es insulso, contrafáctico, pero ¿es contrafáctico por una clase o calidad de milagro, una serie de eventos afortunados, el temor y el temblor del atacante, motivos psicológicos tan insondables que harían la delicia de Chiche Gelblung y Ernesto Tenembaum o de aquellos productores que unos días antes habían intentado meter una pistola de juguete en el Congreso por la canaletti? ¿Importa? Lo que importa es que me estoy yendo por las ramas, incluso veo un diputado correntino desangrándose en un acto al descampado en ningem lugar-porá. Así son las discusiones, para algunos llegan hasta ahí.

 

¿El atacante es un perejil al que le inflaron la cabeza y le dieron un arma cargada?, ¿otro más que quiso desconectarse de la máquina social para descubrir con horror que la máquina seguía andando?, ¿una suerte de engranaje suelto?, ¿cuántos han de estar ahí, girando y girando? ¿Es todo un mensaje mafioso? ¿Mirá que te podemos matar, algo por el estilo? ¿Quién tiró el libro de Cristina al suelo? ¿Un perejil al que le armaron el personaje neonazi que sale por Crónica TV y está en contra de los pobres y los planeros? Tal vez haya algún otro muchache suelto, escribiendo en estos momentos su manifiesto, nada como un De Profundis, ni un Egy Bujdosó Naplója, ni tampoco algo Benjamineano, sino algo más bien sencillo y derechito, antikasta.

 

De esto debería salir a flote la importancia de la política como la relación básica que entablan los seres humanos. Si te definís antipolítico deberías plantearte esto último en lugar de recomendar viajes a países tropicales u eslavos, tu ideal como antipolítica tal vez sea la campiña, las islas desiertas o algún otro lugar sin humanidad ni red de energía ni agua ni cloacas, y también sin salud y educación y seguridad. Un enemigo de la política es enemigo de la vida humana, enemigo de la organización elemental. En los mercados hay política, como también hay política en tu viejo y en tu vieja, en las figuras que encarnan. En la construcción de tu propia identidad hay política, en el hogar donde creciste había política, en el lugar que habitás hay política. Entre tu vieja y vos hay política, entre tus hermanes y vos, entre tus amigues y vos. En la comunicación básica entre dos humanos hay un acto —un pacto, una transa, una pequeña rosca— que es fundamentalmente político.

 

En un canal de televisión pasan las razones por las que no murió (?); en otro, el de las placas, el amigo del magnicida suelta algo en el orden del «lástima que no lo practicó». No recuerdo quiénes pasaron e incentivaron las marchas con bolsas mortuorias, las horcas, la guillotina, ni si fue segundos antes o después de poner Tratar de estar mejor de Diego Torres. Han vencido los vendedores de odio porque han dinamitado la capa más oscura del alma humana; han sembrado muerte y esperan la cosecha, dice el coreano, porque se creen dueños de un país que detestan, como dice Capusotto, y cleen que el fuego no va a alcanzarlos, que un pueblo olvida. Se cleen con derecho a lo que sea, incluso a decidir sobre la vida de millones de compatriotas que desean habitar este suelo en paz y libertad, con justicia social. Les debemos tanto a las Madres y Abuelas, la lucha pacífica, la socialización de la maternidad, la búsqueda de los nietos, las políticas de Memoria, Verdad y Justicia.

 




jueves, 1 de septiembre de 2022

Una pesadilla de Gregorio

 (del diario de Gregorio Marman, sección pesadillas, clase I, encuentros con el diablo, n°X, subtitulada ´de la hidrotafia en Pedro Páramo´)


Soñé con luces cálidas,

de colores naranja, focos viejos,

aunque si intento recordar

también habría velas

en aquel lejano lugar

 

Soñé con flores, amarillas como aquella hora

en que un hombre, pongámosle peón,

esperaba, con la pala húmeda.

 

Era un campo en la llanura,

otra noche de niebla, estrellas y medialuna,

junto al hombre había cuarenta huecos, ahí

en la penumbra,

en la tierra, y también 

en los pequeños departamentos 

que tenían toda

pero toda

la apariencia de ser usados.

 

Soñé también con el vendedor de parcelas,

vestía escocesa, hablaba dulce,

era poeta y a la vez sastre:

te medía.

 

El peón señaló un punto en el horizonte,

mirá, está amaneciendo, dijo,

y se alejó silbando

the light that never was on sea or land

en guaraní.

 

Los Virgilios más nobles no tienen mecenas,

dijo el vendedor de parcelas.