martes, 27 de julio de 2021

Gregorio

Otra puerta que se cierra,
otro fin de la Historia,

así comenzaba el gran poema que Gregorio Marman escribió en la pared del manicomio. Lo sé, estuve ahí: fui el encargado de echar llave al otro lado. Entró por voluntad propia, esto quiero decirlo. Para que quede asentado. En la Cooperativa Macedoniana nos tomamos muy en serio estas cosas.

Los primeros días de Gregorio transcurrieron tranquilos; dos paredes y un vitral estilo colonial con vista al patio lo tranquilizaban. Lo que se dice un cable a Tierra, ayudaron a bajarlo. A todos nos hace falta de vez en cuando un poco de contacto, para no perdernos. Lo mejor para dejar de mirar un ombligo es dejar de mirar un ombligo, digamos.

Practicamos la terapia homeópatica, sencilla. Como el padre de la patria. Líneas ancestrales de la medicina, para oxigenar. Las paredes de este cuarto, que atestiguan el paso de Gregorio, hoy son un hecho artístico en sí mismo y parte de la terapia, como usted puede apreciar, ¿sr...?

Recuerdo que al sexto día, hablando con Miguel, preguntó si podía salir. Era de tarde y se acostó bajo aquel paraíso de allá, a conversar con los pájaros. Al rato estaba silbando. Hizo traerse un mbaraká para enriquecer su charla y así esa tarde se convirtió en muchas. La idea del lugar es un poco mostrar la luz, la Luz como una variante de la energía, ¿entiende?

Tardes y noches conversaron con Gregorio calandrias y zorzales, un jilguero solitario, algún mirlo. Venían a verlo desde muy lejos trayendo las historias que recogían de los árboles más lejanos del monte.

Se armó una casita en un parquecito entre sauzales, cerca del fondo de la Institución. Es un artesano, arregla instrumentos. Un luthier, con la sapiencia que traen el amor y el camino a lo largo de los años.

Entendió que acá trabajamos entre todos y se puso a enseñar a los que vinieron detrás de él. El lugar es grande, como puede ver, y hay lugar para todos.

No nos gusta pensar en el modelo del arca, si entiende de lo que hablo. La idea de este lugar es la sanación por medio del conocimiento. Todo aquí es a voluntad. Nos alimentamos de lo que nos da la Tierra, a la que respetamos y honramos con horas de trabajo bajo el sol, los que quieren, los que pueden, los que tienen voluntad. La cultura es una rueda, ¿sabe?

No intento venderle nada, usted es periodista, lo entiendo, hace su trabajo. Nosotros trabajamos con manifestaciones de energía. De todos los géneros tenemos telas: tenemos poetas, magos, músiques, bailarines, pintores, escultores, telarines, artesanes, urbanistas, madres, abuelas, historiadoras e historiadores de lo cíclico. El sol sale, el sol se esconde. Nosotros no percibimos que el Sol se mueva. Esto responde a los tiempos del Sol. El Sol se mueve más lento de lo que nosotros nos movemos alrededor de él, porque el Sol nos mueve con él. Gracias al Sol somos y tenemos conciencia. Son investigaciones serias. Sí, sr..., también tenemos investigadores.

Cuando dos líneas se cruzan, escribió Marman, forman una estructura. En un círculo está la noción de contenido; en el punto, la de concentración. Nótese que en un semicírculo se esconde la idea de receptividad, pero también la de la sensibilidad; aquí entran los sentidos. La línea impulsa, la flecha direcciona; en la línea hay movimiento. Escribía en un lenguaje muy viejo, Gregorio, con olor a estrellas, si me permite.

Disculpe, ¿me repite a qué se debe su visita?