por Marcos Gunn
Como quien enciende una vela en madrugada
queda en evidencia la decisión del general
la cuestión siempre ha sido de sangre y tiempo
Sentada en cicatrices, las de adelante
como dice Gabo Ferro,
gentil con el infierno
Es la historia de las ventanas,
así son los cuadros, amada,
dos cero uno sobre madera rosa,
fuera de plano, el viento
ingresa, nos persigue
como un duende de la siesta
La madera parece de mentira,
un dulce de la casita de la bruja,
tan perfecta que sonrojaría
a don Johansenn Maestreperro
duro como bossa n’ piedras
el convidado nos espera
tocando en un bajo reventado
no soy un extraño
Parece que al final
éramos como esos pibes
extrañados de las redes
a los que un cristo siempre invita a una vida de pesca
Perros adictos a la música de las radios
como aquellos grillos preciosos que traía el viento
entrando en la cocina por las noches
con la piel de las estrellas
el perfume del planeta
y su más silenciosa perla
Cualquier cosa,
una tormenta, a veces nada
como quien enciende una vela en otra madrugada gris
con su expectativa de preludio,
uno más de tantos amaneceres tristes
donde la única buena noticia sos vos
No hay comentarios.:
Publicar un comentario