por Sebastián Trujillo
Regularmente la CIA desclasifica sus archivos y el mundo logra así conocer hechos que pueden, por su envergadura, cambiar conceptos, eliminar prejuicios, crear nuevos prejuicios o simplemente ratificar lo que se pensaba respecto a tal o cual personaje, músico, político, escritor, pacifista, militar, etc. Esto es lo que me ocurrió (cambiar conceptos), cuando - interesado por saber de Pinocho-luego de más de 50 años de los hechos al ponerse a consideración de los ciudadanos interesados los archivos relacionados con la actividad de ”Los Hermanos GG” (tal como se conocía a Gonzalo y Gastón Almirón Abreo), conocidos activistas de los derechos civiles y, cual modernos Herótodos, narradores de las andanzas desconocidas de muchos de los personajes de los cuentos infantiles que durante generaciones los padres relataron a sus hijos.
Como ya había durante mucho tiempo estudiado las actividades de ”Los Hermanos GG”, y por lo tanto tenía conocimiento que su secreto mejor guardado de Pinocho, por fin podría estar a mi alcance, apenas se desclasificaron los documentos concurrí a la sede Central de la CIA en San Martín 2250, Corrientes, DC. Una vez allí, con mucha emoción al revisar la documentación que el Jefe de la Unidad , el inefable Boris Altamirano me entregara, encontré un viejo sobre que alguna vez fuera lacrado y que se encontraba con signos de haber sido abierto hace ya mucho, mucho tiempo, al desdoblar una nota cuidadosamente guardada, no pude evitar mi asombro cuando pude leer un viejo texto de “Los Hermanos GG” cuya fecha (una primera fecha) era casi borrosa pero que se podía leer 19 de mayo de 1889 y luego una segunda fecha que se alcanzaba a leer 30 de julio de 1891 y el texto me hizo saber que lo que yo siempre había sospechado de Pinocho, era cierto, pero no por las razones que yo creía. El viejo texto decía:
"Cuentan que Pinocho decidió recorrer el mundo. Para ello deseaba con todas sus fuerzas convertirse en un niño de verdad. Deseo tanto, pero tanto, que al final un día sus deseos se cumplieron. Cuando por fin niño fue, quiso andar y andar por el mundo. Siempre recordaba los consejos del viejo Geppetto, su creador, aquel que de un simple trozo de madera, hizo ese muñeco maravilloso, cuyas andanzas nos contaron tantas veces nuestros mayores. Recordaba principalmente las veces que Geppetto le habló del honor, de la verdad, de la honestidad, de la mirada clara y limpia. Así fueron pasando los años. Un día, al entrar a la adolescencia, y en su recorrido por los diversos paises, llegó a Nueva York. Allí quedo impactado por The Big Apple. Pronto se hizo de amigos e integró una de las numerosas bandas callejeras. Pero él siempre recordaba las enseñanzas del viejo Geppetto, sobre todo el de conservarse siempre honesto. Pasó el tiempo y un día la barra de amigos llegó a uno de los grandes negocios de la Quinta Avenida, a un GAP. Allí en la recorrida a los distintos salones, llegaron a donde se encontraba la juguetería. Entre tantos muñecos, Pinocho vio a una hermosa muñeca de hermosos ojos y mirada transparente y una boca llena de dientes -millones de ellos-que le dibujaban una hermosa sonrisa. En ese momento más que nunca fue humano, en ese instante conoció el amor. Le quiso hablar, pero no podía comunicarse con ella, pues él ya no era un muñeco. Pasaron los días y no comía, no dormía, no entendía lo que le pasaba, volvía una y otra vez al GAP y la veía, la miraba y cada vez era más linda, sus ojos más hermosos, su mirada más límpida, su boca cada vez más llena de dientes, su sonrisa cada vez más grande. Y pronto una idea loca se le cruzó por la cabeza. Se olvidó de todo lo enseñado por Geppetto, de todo lo aprendido, se dirigió a GAP y se convirtió en lo que es hoy, en algo que nunca se hubiera imaginado el viejo Geppetto, en un... ...LADRON DE MUÑECAS."
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